No te esperaba capítulo 2.

NARRA ED
  Corro tras ella como si no hubiera un mañana, hasta llegar a su casa. Como me lleva bastante ventaja (esta chica parece a veces una liebre), tengo que pedirle permiso a su madre para que me deje pasar a verla. Cuando llego a la puerta de su habitación, toco suavemente la puerta y me asomo un poco. Y allí está ella, llorando desconsoladamente sobre su cama.


  Entro despacio y me siento junto a ella. No la puedo ver así, tan decaída, tan triste, tan desanimada, y menos por culpa del imbécil ese. Entonces ella me mira, y puedo ver sus ojos hinchados y rojos, y como la mezcla de rimel y lágrimas caen por sus mejillas. Y, en ese momento, me abraza, y muy fuerte. Estuve unos segundos algo confuso, pero luego le correspondí el abrazo.


-¿Cómo he sido tan tonta? - por fin me dirige palabra entre sollozos.
-No es que seas tonta - la intento consolar acariciándole el pelo -, solo que es que Lucas un imbécil.


“Hace un momento…


  Nuestras risas se hacían notar por toda la playa, y entonces vi algo que me alegró por un lado, y que por el otro sabía que iba a traer problemas. Lucas se estaba besando con una chica, en mitad de la playa, como quien no quiere la cosa. Miro a Ágata, que está totalmente petrificada, en shock.


-¡Lucas! - Ágata llama la atención del chico, y este la mira desconcertado - No sabía que nuestra relación era tan abierta - dijo ella sarcásticamente, con la cabeza agachada, y por su tono de voz, estaba a punto de llorar -, ¡ni tampoco sabía que eras tan miserable!


  Entonces sale corriendo en la dirección por la que habíamos venido. Yo la sigo gritando su nombre, pero ella no deja de correr y correr.”




Ahora…


-Tenía que haber hecho caso a mi madre - dice mientras me abraza aún más fuerte -, a mi madre, y a todos. Es culpa mía por confiar en él.
-No es tu culpa, no digas eso. Tu eres genial, y él no lo ha sabido apreciar. Es todo. Algún día encontrarás a alguien que si te aprecie, o ya lo has encontrado.


  “Se ha notado Ed”, pienso.


-Tengo ganas de morirme. ¿Qué hago yo ahora?
-Sonreír, que es solo un tío, hay más en este mundo. Espera, se quién te va a animar - me separo de ella lentamente y me levanto y saco mi móvil.
-¿A quién vas a llamar?
-A María.


  Salgo al pasillo impaciente, ya que tarda como tres timbrazos en cogerlo y esto es urgente.


-Dime, Romeo - me saluda sarcástica -. ¿Se lo has dicho ya o qué?
-No, es que ha pasado una cosa, y de las graves. Ven a casa de Ágata lo más rápido que puedas.
-Vale. No tardaré mucho.


  Cuelgo el teléfono y me siento algo más aliviado.


Media hora más tarde…


  Veo como mis dos mejores amigas se abrazan entre si. Es como si fueran hermanas o algo, porque lo que le pasa a una, la otra lo siente como si hubiera sido ella a la que le ha pasado. Bastante tierno la verdad.


-Vamos ha hacer una cosa - María interrumpe de repente -. Vamos a casa de Ed y vemos una película mientras comemos helado.
-¿Y porqué no en tu casa?- le pregunto algo indignado.
-Porque mis padres no me van ha dejar, y aquí está la madre de Ágata. Entonces, Ed - me señala -, tú vas a tu casa y lo preparas todo, y mientras, nosotras compramos los helados.
-Vale, entonces, en mi casa en media hora.
-Venga - me empuja hasta la puerta de la habitación -, vete que Ágata se tiene que cambiar.


  Me guiña un ojo y me cierra la puerta en todas las narices. Ese guiño y esa sonrisita no me gustan nada. Seguro que estará tramando algunas de las suyas. Bueno, mejor hacerle caso y ir a prepararlo todo en mi casa.


Una hora más tarde…


  ¡Menos mal que iban ha ser media hora! Llevo esperando aburrido como una eternidad, mejor entretenerme con Lily, mi guitarra. Si, se que es un poco patético ponerle nombre a una guitarra, pero es lo que hay, no me juzguéis por eso.

  Me bajo a Lily al salón y empiezo a tocar algo aleatorio, no se, lo primero que se me viene a la cabeza. Y es algo típico en mi, melodía lenta y con tonos agudos.

-¡Qué bonito!




  Los gritos de María me hacen caerme del brazo del sofá, donde estaba sentado. Levanto la vista y me quedo alucinado. Veo a Ágata con un precioso vestido blanco que realza su belleza en todo su conjunto. Creo que no la he visto, ni veré tan guapa como está ahora mismo. Seguro que por eso han tardado tanto, habrá sido cosa de María.

  Esta noche promete.


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